La Catedrática de Ética, Adela Cortina, fue la encargada de cerrar el ciclo de conferencias
del curso académico 2012-2013 en el Club de Encuentro. Una invitada que
como bien dijo el Presidente del Club, Francisco
Puchol “es
un acierto tenerla y todo un lujo para esta ciudad, para esta Comunidad y para
este país”. La filósofa reunió a una gran cantidad de público y colgó en la
sala el cartel de completo.
Alejandro
Mañes, Tesorero del Club de Encuentro,
presentó a la conferenciante y subrayó la importancia de la ética y los valores
morales en la actualidad. Adela Cortina comenzó su intervención
agradeciendo a la Junta Directiva del Club su invitación para a continuación
afirmar contundente que “la ética en tiempo de crisis es urgente e importante,
como decía Ortega”.
Previamente a entrar a fondo en la
cuestión, Cortina se preguntó qué es una crisis, acudiendo a la definición del
diccionario de la Real Academia y aplicando la definición hacia un tipo de
crisis espiritual o histórica. “una
mutación muy importante que está en un proceso en desarrollo”. “Lo que
hemos descubierto con esta mutación es que había un conjunto de valores éticos,
valiosos e importantes, que creíamos que los habíamos incorporado y resulta que
no es así” explicó.
“La sociedad
española, desde la Transición, iba hacia una sociedad cada vez más democrática,
con más medios económicos, más cultura, mejor sanidad… íbamos prosperando poco
a poco. De pronto esta crisis poliédrica ha demostrado que es posible parar y
es posible retroceder”
manifestó la filósofa. Adela Cortina propuso una serie de cuestiones que
se pueden establecer desde la crisis.
“Reflexionar
y aprender” es uno de los puntos más
importantes para ella. “¿Qué es lo que
nos ha pasado? ¿Qué ha fallado? ¿Qué creíamos que teníamos que haber hecho y no
hemos hecho y nos gustaría hacer?” se preguntó. La invitada subrayó que hay
que convertir los problemas en oportunidades y aprender de la situación actual.
“Con la crisis tenemos que aprender que
determinadas decisiones han tenido repercusiones que han sido malas. Es
importante en las crisis no volver a repetir las decisiones que hemos tomado”
expuso.
“Es momento
de compromiso, no de desmoralización” afirmó la ponente. “Me temo que nuestra
sociedad está muy desmoralizada con el tema de la crisis. No tenemos ganas de
enfrentar los retos del futuro, pero por ello es un momento clave. Es un deber
moral abrir caminos de esperanza” dijo.
Para la Catedrática es necesaria potenciar una cultura de la obligación y
para ello planteó dos estrategias.
“Desde todas
las actividades sociales, pensemos cuales son las metas de esas actividades y
cuáles son las virtudes o excelencias que es necesario desarrollar” explicó. Cortina apoyó la tesis de que la vida
humana se compone de actividades como la política, la economía, la universidad,
la sanidad… y cada una de esas actividades cobran todo su sentido de perseguir
una meta que es la que les da sentido y legitimidad social. Es una
actividad legítima porque proporcionan un bien a la sociedad. Puso como ejemplo
la Universidad o la economía, de la que dijo que sin la ética, era una “mala
economía”. “Hay que recordar esos
bienes internos y defenderlos y recuperarlos” matizó y para ello son
necesarias las virtudes ya que estas predisponen hacia la felicidad.
Adela Cortina habló también de la
universalización de la excelencia. “No se
construye nada con la mediocridad” afirmó, pero remarcó que esa excelencia
debía ir enfocada a mejorar uno mismo cada día, sin desplazar a los demás y
dirigirla hacia el bien de la comunidad.
No debemos dirigirnos hacia una
cultura del individualismo, un invento falso porque “los seres humanos nos somos seres aislados”. La Catedrática
explicó como lo primero que nos constituye como seres humanos es la capacidad
de cuidarnos y de cooperar. “Nos
distinguimos no tanto por el egoísmo, como por la cooperación” resaltó.
Para Adela Cortina, el ser humano más inteligente prefiere cooperar a
competir y esa ayuda mutua ha hecho que prosperemos.
Pero además, existe otra actitud
básica que ella considera necesaria y es la capacidad de compadecer. “La compasión es la capacidad de padecer con
el sufrimiento de otros y alegrarnos con la alegría de otros”. La
compasión dirige a la empatía y nos hace ver que todos son importantes, dijo.
Cortina
concluyó citando a Kant, a Oscar Wilde y a Antonio Machado y afirmando
que a los seres humanos no se les debe instrumentalizar, “son fines en sí
mismos” y no medios. “Si cultivamos la
cultura de la compasión, nos podremos librar de muchas crisis y habremos
respetado a esos seres humanos que tienen dignidad y no un simple precio”.
¿Qué es el Club Encuentro?:
Según
su Presidente, Francisco Puchol-Quixal y de Antón, el Club de Encuentro Manuel
Broseta se sitúa “en defensa del ideario
democrático, la participación, el respeto, la pluralidad, y también de nuestra
tierra, nuestra cultura y nuestra forma de ser… Nos gusta escuchar, opinar,
debatir, reflexionar, contribuir a crear opinión. Nos preocupa el pasado, el
presente y, especialmente el futuro de nuestra sociedad. Creemos que las cosas
no ocurren “porque sí”, e intentamos, por medio de “encuentros”, tertulias y
reflexiones, debatir sobre los “por qué” de las cosas y los “cómo” poder
influir en ellas. Nos gusta conocer a los personajes, a los actores que desde
la política, la literatura, la economía, el arte o cualquier otra manifestación
humana, influyen de forma notable en nuestra vida: somos curiosos y
participativos, pero siempre desde el respeto, la consideración y el pluralismo.”
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