domingo, 27 de octubre de 2013

NO PODEIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO

UNA LECTURA PROFÉTICA DE LA CRISIS, INSPIRADA EN JESÚS.
José Antonio Pagaola

1.        Atrapados en una crisis global

La historia de la Humanidad se encuentra en estos momentos atrapada por un sistema económico-financiero generado básicamente por el capitalismo neoliberal. Este sistema ha logrado imponer su dictadura prácticamente en todo el mundo, condicionando decisivamente el futuro de la comunidad humana.
Alimentado por el deseo insaciable de riqueza, este sistema ha pervertido la economía, pues lo que busca no es ya la producción de los bienes y servicios necesarios para la comunidad humana, sino la acumulación de riqueza en manos de las minorías más poderosas de la Tierra. Este sistema tiene su propia lógica: aparta la economía del bien común de la sociedad; no soporta ningún control o regulación que trate de limitar su voracidad; promueve la competitividad implacable anulando las posibilidades de una cooperación cada vez más necesaria; hace imposible echar las bases políticas y éticas de cualquier proyecto de gobernanza mundial.
Esta crisis económica se está produciendo en el seno de otras dos crisis más graves, generadas en buena parte por el mismo sistema. Dos tercios de la Humanidad se hunden en la miseria, la destrucción y el hambre en países cada vez más excluidos del poder económico, científico y tecnológico. Por otra parte, el sistema de producción y consumo ilimitado no es sostenible en una Tierra pequeña y de recursos limitados: la degradación creciente del equilibrio ecológico nos está conduciendo hacia un futuro cada vez más incierto de la biosfera y del destino del ser humano.
Por eso, la actual crisis no es sólo una crisis económico-financiera. Es una crisis de la Humanidad. El sistema que dirige en estos momentos la marcha del mundo es objetivamente inhumano: conduce a una minoría de poderosos a un bienestar insensato y deshumanizador, y destruye la vida de inmensas mayorías de seres humanos indefensos. La razón ha quedado secuestrada: no se pregunta por los fines, no se habla del sentido que tiene la historia de la Humanidad ni de cuál es el lugar del ser humano en la Tierra. El sistema hace imposible el consenso de los pueblos y las culturas para poner en el centro la razón del bien común de la comunidad humana en una Tierra que sea la Casa de todos.
Mientras tanto, se promueven falsas soluciones a la crisis pensando sólo en salvar el funcionamiento del sistema. Se gestiona la crisis económica como una realidad aislada de su contexto global: el hambre en el mundo, la crisis energética, el carácter insostenible del ritmo de producción actual, el deterioro creciente del Planeta son «factores externos» que solo se tienen en cuenta en la medida en que puedan interesar para salvar el sistema. No se dan pasos hacia un sistema diferente que tenga en cuenta el destino común y compartido del ser humano en la Tierra. Los poderosos que hoy dominan el mundo resuelven siempre sus crisis, sordos al clamor de los hambrientos y ciegos ante la devastación creciente del Planeta. Todo se sacrifica al Ídolo del Dinero. El historiador Eric Hobsbawn dice así: «No sabemos a dónde vamos, sino tan solo que la historia nos ha llevado hasta este punto».
 
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domingo, 20 de octubre de 2013

Sumando desde la UPAI (Unidad Pastoral Autonomía Indautxu)

(Noticia enviada por Luis Vadillo de la UPAI)

En Enero de 2013  convocamos  a un grupo de cristianos a la Primera conferencia  del  Aula Social Autonomía Indautxu en su decimoséptima edición. Su título fue  “Descubre  e implícate en 6 acciones transformadoras ante la crisis actual”  y el ponente de la misma, Juan Manuel Sinde.


La valoración  posterior de la charla fue unánime. En un momento de crisis económica un grupo de cristianos nos lanzaban una propuesta concreta  y comprometedora. La ocasión era estupenda, debíamos aprovechar el trabajo de este grupo de cristianos, que nos habían facilitado mucho el camino .En marzo, en la segunda Aula recordamos los compromisos y pedimos que para la Tercera Aula, a celebrar en Mayo, esta invitación se ampliara  a  los grupos parroquiales para  que ya, a esa Aula, se viniera con una decisión tomada: la adhesión  o no a  la propuesta presentada.


Junto a este recorrido en el Aula Social, el Consejo Pastoral fue informado de la iniciativa y se decidió que las personas que asumieran al menos cinco de los compromisos, pasaran por  las parroquias de la Unidad para que en las cinco secretarías fueran recibiendo esas adhesiones. Por esas fechas en la página web de la UPAI y en la revista dominical “Gaur Igandea” se publicó un resumen de la propuesta para que también la información llegara a aquellas personas que no estuvieran  en estos grupos antes citados.
Sumando estos recorridos paralelos, después de cuatro meses, 53 personas de nuestra  UPAI se han  adherido a la propuesta planteada. Personas a las que vamos a facilitar la dirección de este blog y a las que enviaremos este año el  “ver, juzgar y actuar” por si quieren seguir profundizando individual o colectivamente en esta iniciativa.
No queremos valorar si el número es grande o pequeño, solo queremos resaltar que sumamos, que este proceso ha hecho pensar y actuar, que es una herramienta muy válida para sintonizar críticamente nuestra fe cristiana con los cambios socio-económicos que se dan en nuestra  realidad actual y que nos ha empujado a  todos a definirnos y posicionarnos.

lunes, 14 de octubre de 2013

"No lamentos, sino acción"


José María Arizmendiarrieta, quién  la repetía a sus jóvenes discípulos, que pusieron en marcha las cooperativas de Mondragón hace casi 60 años.

 

 
Similar mensaje se recoge en la Cita Social que se puede leer en este enlace, y que resulta ser la primera de una serie mensual que va a elaborar el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral.
 
La reflexión sobre la situación de los más pobres debe conducir a decidir  actuaciones concretas que nos comprometan

miércoles, 2 de octubre de 2013

“Busquemos ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos” – Una entrevista al Papa Francisco

El pasado mes de de agosto el papa Francisco concedió una entrevista exclusiva al padre jesuita Antonio Spadaro, Director de la revista La Civiltá Cattolica. La idea surgió de una reunión en Lisboa que tuvieron directores de algunas revistas de la Compañía de Jesús, y en la que se acordaron las preguntas. La entrevista duró más de seis horas en tres sesiones en el ambiente austero de las dependencias del Papa.

Como era normal, una gran parte de la entrevista trató de la Compañía de Jesús, pero también de cuál era la visión que tiene el papa jesuita de la iglesia hoy. Resumió su visión en este párrafo en el que compara la Iglesia con un hospital de campaña:
“Veo con claridad que lo que la iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas… Y hay que comenzar por lo más elemental.”
Descargar la entrevista aquí.

Entre los primeros caminos nuevos que quiere seguir el Papa está la profunda reforma de la Curia Romana. Para realizarla el Papa Francisco está reunido desde ayer con 8 cardenales de diferentes continentes, sabios asesores que comulgan con las ideas del Papa. “No son cortesanos”, dijo. El Papa emitió duras críticas a la Curia en una entrevista con el director del diario italiano La Repubblica. Dijo que es “Vaticano-céntrica”, que “se ocupa de intereses del Vaticano y olvida el mundo que la rodea”. “No comparto esta visión y haré todo para cambiarlo”, prometió.
También en su página de Twitter, el Papa Francisco concreta estos nuevos caminos. Vean algunos de sus últimos Tweets:
A veces ni siquiera conocemos a los vecinos de casa: esto no es vivir como cristianos. 
Basar la felicidad en los bienes materiales es la mejor manera de llegar a no ser feliz.
Hay muchos indigentes en el mundo de hoy. ¿Me encierro en mis cosas, o estoy atento a quien necesita ayuda?
La verdadera caridad es un poco atrevida: no tengamos miedo a ensuciarnos las manos para ayudar a los más necesitados.
Pidamos al Señor ternura para ver a los pobres con comprensión y amor, sin cálculos y
sin temores.