lunes, 30 de marzo de 2015

170 años de capitalismo, marxismo y cooperativismo

(Un artículo de Juan Manuel Sinde, miembro de Arizmendiarrietaren Lagunak Elkartea, publicado en DEIA, el 9 de noviembre de 2014)

En 1844 coinciden en Inglaterra hechos relevantes representativos de los tres sistemas económicos que iban a dominar el mundo económico en los siguientes años. Con la perspectiva del tiempo se pueden hacer algunas consideraciones, necesariamente esquemáticas, sobre la evolución de cada uno de ellos. Los eventos reseñables fueron los siguientes:

1.-Se aprobaron en el Parlamento inglés la ley que regulaba el funcionamiento de las sociedades por acciones y la ley constituyente del Banco de Inglaterra, que fijaba el papel del Banco central en la economía y completaba las bases del sistema bancario y monetario.

Se establecen, de esta manera, tanto a nivel microeconómico como macroeconómico la estructura del llamado sistema capitalista ó de libre mercado.

2.-Ese mismo año Marx y Engels publican sendos libros, describiendo las pésimas condiciones de la clase trabajadora británica y desarrollando los fundamentos filosóficos del posterior Manifiesto Comunista, editado 4 años más tarde.

(Marx y Engels - Foto: Berlin.de / Tobias Kneschke)

3.-Después de numerosos intentos fallidos anteriores, 28 trabajadores (27 hombres y 1 mujer) fundan en Rochdale, localidad cercana a Manchester, la primera cooperativa que va sobrevivir, representando simbólicamente el nacimiento del cooperativismo moderno.

Mucho se ha escrito desde entonces sobre las desigualdades e injusticias creadas por el sistema capitalista, como luego describiremos sucintamente. En cualquier caso, la implantación de dicho sistema coincide con el período en que una buena parte de la humanidad ha incrementado espectacularmente su renta y mejorado sus condiciones de vida. Según las estimaciones de Angus Madison, en su libro "La economía de Occidente y del resto del mundo en el último milenio" la renta media de los países del Occidente de Europa se dobló desde el año 1.000 al 1.800 pero luego se ha multiplicado por 20 en los dos siglos posteriores.

Las sucesivas crisis del sistema, al que Marx predijo su muerte como consecuencia de sus contradicciones internas, se han ido resolviendo con sucesivas reformas, en parte motivadas por la acción reivindicativa de las clases trabajadores, tanto a nivel de empresa como mediante la acción política, modificando leyes injustas que daban privilegios inadmisibles a grupos económicos minoritarios que les aseguraban pingues beneficios a expensas de altos precios a pagar por la ciudadanía en productos de consumo básicos.

El sufragio universal, sustituyendo al derecho de voto exclusivo de los poseedores de tierras (y que hacía, por ejemplo, que sólo tuvieran derecho a voto un 2% de la población), es apoyado por los grupos más preclaros de las clases dirigentes y abre la puerta a reformas sociales y económicas que, 100 años más tarde, culminan en la denominada " economía social de mercado", que poco tiene que ver con las dramáticas condiciones en que vivían las clases trabajadoras al comienzo de la revolución industrial.

El extraordinario incremento de la renta en los años en que el sistema capitalista ha estado en vigor es consecuencia, por otra parte, de la eficacia en la aplicación de los descubrimientos científicos y técnicos, con el consiguiente aumento de la productividad y de la creación de riqueza.

Sin embargo, en los primeros años de este sistema, el egoísmo desenfrenado de los propietarios de los nuevos medios de producción hizo pensar a Marx que la dramática situación de los trabajadores nunca se podría corregir dentro del sistema, dominado por unos pocos, y que sólo una fórmula revolucionaria podría modificarla.

Ciertamente, el descontento social tenía razones sobradas: niños de 8 y 9 años trabajando 12 horas diarias en las industrias textiles (¡hasta el año 1833 no se aprueba la ley prohibiendo el empleo de niños menores de 9 años!), jornadas laborales generalizadas de 15 horas diarias para los jóvenes y de 12 a 15 horas paras las mujeres (hasta el año 1847 no se limita la jornada diaria a 10 horas).

Se daba, por otra parte, una alta mortalidad infantil debido a la falta de nutrición y de condiciones higiénicas adecuadas: en 1839 la mitad de los funerales en Londres fueron de niños menores de 10 años y la emigración suponía una de las pocas salidas individuales a aquella situación, lo que generó la marcha a USA de 11 millones de personas en los últimos 20 años del siglo XIX.

Sin embargo, la aplicación de las propuestas de Marx condujo a una situación económicamente ineficaz y que produjo la muerte de millones de personas en la URSS, bien por errores económicos, bien por razones políticas. La búsqueda del bien común sustituyendo la propiedad privada de los medios de producción (y con ella cualquier iniciativa privada) por la propiedad estatal de los mismos; la sustitución del mercado por la planificación centralizada y de la democracia política por la dictadura de un partido único "bienintencionado" devino en un sistema cuyo fracaso se visibilizó con la caída del Muro de Berlín.

La superioridad práctica de la llamada “economía de mercado” (a pesar de sus nuevas crisis) quedaba, así, incuestionable, lo que hace que cualquier otra alternativa se reduzca a países como Corea del Norte con regímenes ineficientes... y despiadados.


¿Y cuál ha sido la aportación del cooperativismo en este tiempo? La respuesta a esta pregunta merece unos comentarios adicionales que son objeto de otro artículo en el que describimos las indudables aportaciones-pero también los límites-de este movimiento empresarial que ha cuajado con singular importancia en nuestro País.

lunes, 23 de marzo de 2015

"Con Ética (Fiscal) no hay paraísos"

El pasado martes 10 de marzo tuvo lugar la mesa redonda: "CON ÉTICA [fiscal] NO HAY PARAÍSOS. Por una ética fiscal", en Arrupe-Etxea (BILBAO), organizada por el equipo promotor de la iniciativa "Compromisos cristianos ante la Crisis".



En ella, se intentó dar respuesta a cuestiones tales como:
  • ¿Qué sistema fiscal queremos y para qué…?
  • Análisis compartido de la fiscalidad actual a nivel local y global
  • Ética Fiscal – Fraude Fiscal – Paraísos Fiscales…

Tomaron parte como ponentes:
  • Carmen Gallastegui, Economista y ex Consejera de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco: “Política fiscal e impulso al empleo”.
  • Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA): “El fraude fiscal en España”.
  • Eguzki Urteaga, Profesor de Sociología de la UPV/EHU: “Los paraísos fiscales”
  • Javier Arellano, (Director del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto y colaborador de AlboanONGD): “Fiscalidad y ética cristiana”.

El acto fue moderado por Koldo Campo, periodista y jefe de programación de Radio Popular de Bilbao.

En el siguiente video se puede ver íntegramente la mesa redonda.



Mesa redonda "Con Ética (Fiscal) no hay paraíso" 100315 from Cáritas Bizkaia on Vimeo.

viernes, 20 de marzo de 2015

170 años de cooperativismo

(Un artículo de José Manuel Sinde, publicado en Deia en de Diciembre de 2014)

El cooperativismo surge como reacción al capitalismo, para resolver desde la sociedad y la empresa algunos problemas creados por el mismo en los trabajadores y familias de la época. Se inspira en las ideas de los socialistas utópicos pero, sobre todo, en Robert Owen, quien, además, poniendo en práctica sus ideales humanistas consiguió que la empresa que dirigía fuera la más grande en el sector textil inglés de entonces... y una de las más rentables de Europa (cuando el ROE medio era de un "modesto" 30-40%).


Esa capacidad de compaginar una preocupación por las personas y el éxito empresarial probablemente fuera la causa de la gran popularidad que adquirieron sus propuestas y que hizo que incluso dos presidentes USA diferentes (Adams y Monroe) organizaran sendas sesiones conjuntas del Congreso y del Senado para escucharlas.
Sin embargo, la tarea de armonizar en la práctica los ideales humanistas y el realismo económico no se reveló nada sencilla y la casi totalidad de las coops. creadas en base a las ideas de Owen quebraron.
No obstante, en diciembre de 1844, cerca de Manchester, nace una nueva coop. que, manteniendo los valores iniciales de igual dignidad de todas las personas, solidaridad y cooperación modifica el modelo inicial. Los cambios: considera imprescindibles los beneficios a fin de capitalizar la empresa, remunerar adecuadamente el capital que se va formando y, por otro lado, eliminar el cobro a crédito (que estaba en la base de los fracasos anteriores)
Además, traduce sus principios morales en ventajas para sus clientes y, por ello, se compromete a no vender alimentos adulterados ni engañar en el peso, prácticas ambas bastante generalizadas entre los comerciantes de la época. (En 1861 una investigación demostró que el 87% del pan y el 74% de la leche vendidos en Londres estaban adulterados)
Se adelantaban así 30 años a la ley que iba a regular el comercio de alimentos y sentar las bases para la desaparición del fraude. Apuntaban, de esta forma, otra de las características de las coops. desde entonces: influir con su actuación en los cambios de los hábitos en las relaciones económicas.


La nueva coop. demostró su eficacia y surgieron en Inglaterra cientos de coops. similares, primero, y en otros sectores económicos, después, iniciando un fantástico crecimiento internacional que hace que hoy más de 720M. de personas de todo el mundo tengan alguna relación con una coop.
Como contrapartida, sin embargo, se constata que después de 170 años de existencia las cooperativas no representan en ningún país más del 10% del PIB, siendo , por tanto, una fórmula que, aunque significativa, no ha supuesto de hecho una alternativa a las formulas societarias tradicionales en las empresas de ningún país del mundo.
Determinados valores del cooperativismo han ido siendo, con todo, asumidos por la legislación y por algunas empresas convencionales de los países desarrollados, convencidas de que el aumento de la competencia internacional requiere de la colaboración de los trabajadores en el proyecto empresarial.


 El cooperativismo en el País Vasco


El cooperativismo vasco tiene una personalidad propia ya que la Experiencia de Mondragón es un referente en el cooperativismo mundial, en el que ha sido innovador en varios ámbitos.
Quizás debido a que su fundador, el P. Arizmendiarrieta, no tenía como objetivo un proyecto coop. sino un proyecto de transformación social, que comenzaba con la transformación de la empresa en base a los principios y valores de la Doctrina Social de la Iglesia.

Incluso quiso inicialmente evitar dicha fórmula por sus connotaciones políticas de entonces, aunque luego se adhirió a ella como la opción que hacía más posible poner en práctica sus ideas.
Arizmendiarrieta fue innovador en muchos ámbitos cooperativos. Promovió un modelo novedoso de coops. industriales (el Grupo factura, de hecho, tres veces más que el 2° grupo coop. industrial del mundo); inspiró una coop. de crédito igualmente única, en la que los clientes no eran miembros sino las empresas cooperativas que la fundaron; abrió también nuevas variantes cooperativas en las que luego se han inspirado coops. de investigación, facultades universitarias,…
Impulsó el concepto de intercooperación  (llegando posteriormente a límites no conocidos en otros lugares) y, sobre todo, confirió a la iniciativa un carácter ideológico no dogmático, subrayando siempre el carácter de Experiencia, que buscaba sintetizar valores humanos y competitividad en el mercado para resolver problemas de las personas y la comunidad.
La adaptación a los cambios en la economía mundial y el proceso de globalización ha exigido en los últimos años la utilización por las coops. industriales de fórmulas jurídicas convencionales, aunque buscando siempre que el modelo de gestión de esas empresas mantuviera los valores diferenciales de las coops. que las han promovido.
En el País Vasco han supuesto, por otro lado, una referencia singular, con un estilo de hacer diferente y una influencia en el medio en que actúan, lo que nos pudiera hacer recordar la influencia de las coops. inglesas en el siglo pasado en los casos citados.
No será posible establecer un nuevo modelo económico en el País Vasco distinto de la economía de mercado, pero tal vez sí volver a demostrar que la participación de las personas en el proyecto empresarial puede llevar a una economía a la vez ética y eficaz, que mira, además, a la comunidad por encima de sus legítimos intereses particulares.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Cristianos comprometidos ante la crisis reclaman ética fiscal

Ayer 10 de marzo, se celebró en Arrupe Etxea, Bilbao una mesa redonda bajo el título “Con ética (fiscal) no hay paraísos”. Participaron personas expertas en paraísos fiscales, fraude fiscal, política fiscal e impulso al empleo y a la fiscalidad desde claves cristianas, al hilo de uno de los “compromisos cristianos ante la crisis” que nuestro grupo de laicos y laicas de la Diócesis de Bilbao llevan promoviendo varios años. Juan Manuel Sinde, miembro del equipo promotor, ofrece en una entrevista algunas claves sobre el trabajo que están realizando.


Verla aquí.

lunes, 2 de marzo de 2015

“ÉTICA Y FISCALIDAD” - Nuestro compromiso en 2015: Actuar como contribuyentes éticamente responsables

Un grupo de laicos de distintos grupos eclesiales (Barandiaran Kristau Elkartea, Cáritas Diocesana, Fe y Justicia, Itaka y Misiones Diocesanas, Cristianos Socialistas…), ante la actual situación social y económica que vivimos en nuestra sociedad, estamos realizando desde 2011 una reflexión para aplicar a nuestra realidad las orientaciones de la pastoral de los obispos vascos “Una economía al servicio de las personas”

Las conclusiones de esa reflexión nos llevaron a proponer, en el ámbito de la responsabilidad personal, medidas concretas para incrementar la comunicación cristiana de bienes, promoción de la participación, reforzamiento del papel de Cáritas y formación en Doctrina Social de la Iglesia.

Por lo que se refiere a posibles sugerencias a realizar a los creyentes respecto a la comunicación cristiana de bienes y al comportamiento de los cristianos como “agentes económicos”, hemos llegado a la conclusión de que lo fundamental es el ejemplo, con comportamientos diferenciales que puedan resultar indicativos de responsabilidad y solidaridad especiales de los creyentes.

Proponíamos, en este sentido, estos SEIS compromisos a los que cada comunidad puede añadir otros cuatro entre aquellos que considere más oportunos:

  1. Donar un día de sueldo/pensión al mes para las personas más desfavorecidos
  2. Ofrecer 2ó 3 h. semanales de trabajo voluntario en tareas de “transformación social”, preferentemente en organizaciones que se preocupan de las necesidades de las personas empobrecidas y buscan un modelo socio-económico más justo y más humano.
  3. Actuar como contribuyentes éticamente responsables, pagando todos los impuestos sin fraudes ni artimañas legales, incluso solicitando la factura para pagar siempre el IVA
  4. Ahorrar en banca ética o en las entidades más comprometidas socialmente
  5. Visitar, al menos dos veces al año, una tienda de Comercio Justo, Ecológico o Solidario
  6. Propiciar la existencia de becas u otras ayudas públicas, utilizándolas responsablemente a fin de que puedan llegar a todas las personas que realmente las necesitan


Este año 2015, queremos abordar especialmente el punto 3.



2015: “ÉTICA Y FISCALIDAD”

Ética y fiscalidad han llegado a parecer dos términos sin relación mutua. La imposición fiscal se ha presentado como una cuestión técnica, sin implicaciones éticas. A menudo se ha asociado a una actuación excesiva y arbitraria, hasta injusta, por parte del Estado respecto del individuo, víctima éste de la voracidad recaudadora de aquél. Lógicamente, lo justo y lo inteligente, ha sido sortear de mil maneras los deberes fiscales. Más aún si eran considerados una amenaza para el crecimiento de la economía y el dinamismo de las empresas.
Sin embargo, uno de los asuntos que la crisis ha puesto al descubierto es la múltiple relación entre ética y fiscalidad, en varias dimensiones:

  1. La política fiscal es una herramienta decisiva para hacer frente a la desigualdad creciente. Si hay un instrumento privilegiado para hacer realidad el principio del “destino universal de los bienes -de la doctrina social de la Iglesia- , es precisamente el de la fiscalidad. Debe reorientarse con un sentido redistributivo, esto es, para una distribución más equitativa y justa de los ingresos. Ello implica la progresividad, esto es, mayor tipo impositivo para quien más beneficios obtiene. Pero también la redistribución, dar más a quien más necesita, a través de una política presupuestaria con atención a los derechos sociales: educación, sanidad y desempleo. El economista francés Thomas Piketty propone no elevar más el tipo impositivo de los grandes beneficios sino un nuevo impuesto anual sobre el patrimonio de carácter más reducido (un 2%). Según sus estimaciones en Europa afectaría al 2,5% de la población y podría reportar el equivalente al 2% del PIB europeo.
  2. Es necesaria una ética fiscal ciudadana que potencie la honestidad y la responsabilidad para con nuestros deberes fiscales, a la vez que repruebe el fraude fiscal. Se trata de cambiar una cultura ciudadana y empresarial basada en el divorcio entre ética pública y fiscalidad, con demasiada tolerancia e incluso aprobación hacia la elusión de los deberes fiscales, lo cual perjudica a todos y especialmente a los menos iguales. No es posible mantener un sistema de servicios públicos equitativo y de calidad sin la aportación de todos los ciudadanos al mismo, a través de los impuestos, cada uno en función de sus ingresos y su patrimonio. Necesitamos mejorar nuestra pedagogía fiscal para romper la contradicción de valorar muy positivamente la universalidad de nuestro sistema de bienestar y, por otro lado, querer pagar cada vez menos impuestos.
  3. La globalización ha dado nueva dimensión el fraude fiscal. Urge el compromiso decidido contra las normativas que permiten los paraísos fiscales, en particular, en el marco de la Unión Europea. Los expertos calculan que la evasión fiscal se eleva a 130.000M€ anual. Este importe resta capacidad redistribuidora a los Estados, limita la intensidad de las políticas sociales y favorece la inequidad. Se estima que representa el 8% del ahorro mundial, y el 12% en el caso de Europa. Es necesaria una nueva fiscalidad de carácter global. El Consejo Pontificio Justicia y Paz propone “medidas de imposición fiscal a las transacciones financieras” (Por una reforma del sistema financiero y monetario internacional, 2011).


Todo ello debe situarse en una perspectiva en que la fiscalidad no debe ser impedimento, sino instrumento al servicio de la creación de riqueza, el crecimiento económico, y del impulso al empleo.

Para reflexionar sobre estas cuestiones contamos con los siguientes PONENTES:

Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA): “El fraude fiscal en España”.
Javier Arellano, (Director del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto y colaborador de AlboanONGD): “Fiscalidad y ética cristiana”.
Eguzki Urteaga, Profesor de Sociología de la UPV/EHU: “Los paraísos fiscales”
Carmen Gallastegui, Economista y ex Consejera de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco: “Política fiscal e impulso al empleo”.


MODERADOR: Koldo Campo: Periodista y Jefe de Programación de ‘Radio