Con este título el sociólogo de la UPV, Eguzki
Urteaga, publicaba hace unas semanas en varios diarios del Grupo
Noticias un artículo en el que destaca la importancia de estos refugios del dinero ilegal y
especulativo, que se estima supone el 8 % de los saldos mundiales
(porcentaje que incluso sería superior en Europa), con un considerable impacto
en la recaudación fiscal de los estados de todo el mundo.
Citando un estudio empírico realizado por el joven economista francés, Gabriel Zucman, aboga por evaluar y endurecer los controles a nivel de la UE (que distan
mucho de funcionar satisfactoriamente).
Es de todos conocida, por otra parte, la extraordinaria capacidad de
influencia de las instituciones financieras para conseguir decisiones políticas
favorables no sólo a sus intereses sino también a sus excesos.
¿Sería posible actuar aprovechando las redes católicas para
contrabalancear esa influencia y acercarnos a unas finanzas orientadas en mayor
medida a financiar el desarrollo sostenible y limitar la especulación
financiera?
La llamada a la honestidad fiscal realizada desde el grupo de Compromisos
Cristianos ante la Crisis nos exige plantearnos, asimismo, medidas que
contribuyan a modificar aquellos aspectos del sistema económico que suponen un
robo para los ciudadanos y unas ventajas injustas para los más adinerados.
Leer el
artículo aquí.
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