No se ponen de acuerdo los economistas respecto a la incidencia de la falta
de ética en la crisis económica actual. Mientras que algunos defienden que las
crisis se han sucedido a lo largo de la historia y habría que suponer que los
vicios que las causan son consustanciales a la naturaleza humana, otros (entre
ellos el vasco de Iparralde y ex-Director General del FMI, Michel
Camdessus) citan que las carencias éticas han estado en la raíz de la profunda
crisis económica que estamos atravesando.
Merece la pena, en cualquier caso, citar que, según una reciente
investigación realizada por la Diócesis, en Bizkaia una notable mayoría de los
ciudadanos (el 60%) sí considera que la crisis está ligada a la "falta de
valores en los modelos de comportamiento y conducta" en la vida social.
Aunque algunos de los aspectos más indignantes pueden influir en ese dato
(corrupción de algunos líderes políticos, deshonestidad e incompetencia de
banqueros con sueldos astronómicos, avaricia extrema de especuladores que
juegan con el hambre de millones de personas,...) el 61% opina que la
difusión de valores éticos es, con carácter general, en nuestra sociedad
bastante ó muy insuficiente.
Entendemos que estos datos pueden resultar una esperanza para abordar los
problemas de distinta manera. Ya que ninguna reforma fiscal será eficaz si los
perjudicados mueven su domicilio fiscal a otras comunidades ó si en la
conciencia social no consideramos fraude evitar el pago de impuestos cuando
ello no es posible de controlar por la Admón. (léase pago del IVA,....)
Igualmente, ninguna dotación presupuestaria para servicios sociales
será suficiente si es socialmente aceptable engañar en la información a la
institución pública correspondiente a fin de tener acceso a las
ayudas establecidas para los más necesitados.
Son de destacar, en este sentido, dos de los Compromisos asumidos por el
grupo impulsor del proyecto que inspira este blog:
- Actuar como contribuyentes éticamente responsables, pagando todos los impuestos sin fraudes ni artimañas legales, incluso solicitando la factura para pagar siempre el IVA
- Propiciar la existencia de becas u otras ayudas públicas utilizándolas responsablemente, a fin de que puedan llegar a todas las personas que realmente las necesitan.
Todos esos valores podrían ser un termómetro para calificar lo que
podríamos denominar nivel de ética ciudadana, entendida ésta como los hábitos
que las personas adquirimos para obrar de una determinada manera ante lo común.
Según el estudio realizado en Bizkaia antes citado, no es claro para los
ciudadanos qué instituciones podrían liderar ese necesario rearme ético en
nuestra sociedad.
La clase política y las instituciones públicas tienen una valoración
incompatible para ello. La Iglesia es, sin duda, la institución en la que más
esperanza tienen los que se declaran creyentes. Y, ciertamente, encajaría
plenamente con su Misión de predicar el Evangelio.
¿Podemos los laicos comprometidos aportar algo al respecto? Quizás las
fechas son oportunas para ponernos un objetivo que seguramente está al
alcance de nuestra mano…aunque sean necesarias la voluntad, tenacidad y
disciplina imprescindibles para cumplir cualesquiera de los propósitos que nos
hayamos formulado para el 2014.
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