Con esta frase termina Iñaki Beristain, franciscano y
director de la revista “Arantzazu – Revista franciscana para personas que
buscan” su editorial en el número de marzo. Este es el texto íntegro:
“En plena Cuaresma, con la ceniza del realismo en el
corazón, uno se pregunta por sus deseos más profundos y, sobre todo, por los
deseos de Dios respecto a nuestro mundo. ¿Qué nos está pasando? La corrupción
en la administración pública, los desahucios más brutales, recortes dolorosos
en sanidad y educación, un futuro sin claridad todavía en el horizonte,
empresas – muchas – que echan la persiana, mucha gente que se queda sin
trabajo, tantas familias que tiemblan, una Iglesia incapaz de ofrecer una
noticia que ilusione, sobrevolando en un ejercicio superficial de deseos y
frustraciones ante el papado que termina y otro que empezará pronto… ¿qué nos
está pasando?
¿Qué tenemos que hacer?, preguntaban a Juan Bautista a la
orilla del Jordán. ¿Qué tenemos que hacer?, preguntamos nosotros a la orilla de
una soberana impotencia. Tenemos toda la Cuaresma para penetrar en nuestro
interior y mirar con bondad a nuestro mundo. Tenemos mucho tiempo para crecer
en compasión para con los que más sufren. Tenemos mucha Palabra de Dios para
confrontarnos con ella y descubrir nuestra propia verdad y la verdad del mundo,
la verdad de Dios.
Todo el ejercicio cuaresmal nos está invitando a crear una
ola de humanismo que genere un tsunami purificador y liberador. Si no es desde
el corazón humanizado, no podremos cambiar nuestra sociedad, no podremos decir
nada gozoso a los que sufren, no podremos aportar nada humanizador a nuestros
entornos. Y ¿para qué estamos, para qué nuestra fe, para qué la Iglesia de
Jesús?
En esta Cuaresma debe salir de nuestras iglesias, de
nuestras celebraciones, de nuestros encuentros, de nuestra oración, una onda
expansiva que inunde de bondad y de humanismo a nuestro mundo. Menos teologías
y más apertura hacía los que sufren. Menos doctrinas y más acercamientos
humanizadores hacía los que se tuercen bajo la impotencia. Menos verdades y más
verdad del amor. Menos rigorismos y más endulzar la vida de los que no viven.
Eso, lo dicho: la Pascua que ya está próxima, debe generar una onda expansiva
de humanismo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario